¡Qué poco se utiliza esta hermosa palabra! y es uno de los valores asociados a la virtud cardinal de la templanza, ya que modera la ira, controlando los impulsos cuando estamos enfadados. Voy a llamarla “el imperio de la paz”, ya que logra dominar al individuo, no perdiendo la calma ante acontecimientos imprevistos que obnubilen su corazón.
No obstante como a la mansedumbre se la representa siempre por la oveja, se puede pensar que la persona de carácter no es mansa…equivocación, craso error, el manso no asiente sin más lo que otros creen, es consciente de las discrepancias y los ajustes que la vida introduce en el mundo, pero a la vez, está seguro que todos los males que asolan el planeta Tierra no pueden apagar la pavesa de bondad, que humea en el corazón de cualquier ser humano.
No es cobarde e incapaz de enfrentarse al “dedo impositor”, soporta con ánimo tranquilo ¡tantas contradicciones! que por lógica no deberían surgir, pero que ahí están. Por la gran capacidad que tiene ante la frustración se hace clemente.
Quiero, y saben los que me siguen, que me gusta dar el origen griego o latino de las palabras. Ésta es griega y procede de “praotes” que significa: disposición tranquila y equilibrada de espíritu, manteniendo las emociones bajo control.
Le ilustro con una imagen que todos conocemos: el buey es un animal muy manso, pero a la vez muy fuerte, la persona mansa, no se ve afectada por las alabanzas, ni por la crítica…allá ellos con sus opiniones.
“Y aquel varón era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra” (Números 123.3)
Alguien habrá que grite su nombre, que hable mal, si usted es manso, sabrá lograr que esas opiniones, muchas veces embellecidas bajo capas de radiante purpurina esconden puñales mortales cuando menos lo espera, usted se controla y procura que afecten lo menos posible a su vida biológica y psicológica.
“Todos los que no tienen nada importante que decir hablan a gritos” (Jardiel Poncela)
Estudiando teología cristiana o simplemente como cristianos, cada uno de nosotros deberíamos incluir esta palabra dentro de lo que podríamos llamar “fruto del espíritu santo”
A diferencia de los dones del Espíritu, conocidos y compartidos por la teología judía, el fruto del espíritu (Gálatas,5:22-23) es un concepto privativo del cristiano, aparece acuñado por primera vez en la “epístola de San Pablo a los Gálatas”, donde la mansedumbre se engalana de otras cualidades como amor, paz, gozo, paciencia, bondad, fe, en el N.T Jesús es mansedumbre a lo largo de diferentes capítulos que nos relata Mateo, pero no por ser manso dejó de decir lo que pensaba en cada momento, no por manso dejó de coger el látigo y expulsar a los que mercadeaban en el templo….
Pablo Neruda tiene un poema que escribió a los 15 años, donde en verso relata perfectamente, pese a su juventud lo que es ser manso
Amo la mansedumbre y cuando entro
a los umbrales de una soledad,
abro los ojos y los lleno,
de la dulzura y de su paz.
Amo la mansedumbre sobre todas
las cosas de este mundo.
Yo encuentro en las quietudes de las cosas
un canto enorme y mudo,
y volviendo los ojos al cielo,
encuentro en temblores de las nubes,
en el ave que pasa y en el viento,
la gran dulzura de la mansedumbre
Lo contrario de la mansedumbre es el orgullo, altivez, egoísmo, egocentrismo. ¿Qué les parece que es ser cruel? mi opinión es que la persona quiere centrarse en sí mismo, imponerse, que no pasen por encima, osea que visto psicológicamente, su autoestima está baja
Por ello es respondón se cree importante, le cuesta perdonar…
Lo que deseo destacar para el cristiano es que sobre la mansedumbre da su imagen la persona y es fundamento de teología moral. El cristiano ha de orientar su vida hacia la caridad, bondad… y en concreto hacia la mansedumbre y esta ha de ser su disposición natural, no forzada, ya que entonces no vale ninguna de las virtudes mencionadas. ¡Claro que fallamos! ¡y todos los días! Levantémonos más fortalecidos de cada tropiezo, de cada duda, de cada momento que en silencio gritamos al mundo. Busquemos imitar a Jesús. Yo sé con cuanta frecuencia, callar es el grito más intenso.
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