1 Corintios 1,10

"Os conjuro, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que tengáis todos un mismo hablar, y no haya entre vosotros divisiones; antes bien, estéis unidos en una misma mentalidad y un mismo juicio."
1 Corintios 1,10

Los Sacramentos

He aquí, los fundamentos acerca de los Sacramentos

1-Bautismo:
“Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra; id pues, enseñad a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. (Mt. 28, 18-19).

2-Confirmación:
“Al enterarse los apóstoles que estaban en Jerusalén de que Samaria había aceptado la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. Estos bajaron y oraron por ellos para que recibieran al Espíritu Santo; pues todavía no había descendido sobre ninguno de ellos; únicamente habían sido bautizados en nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían al Espíritu Santo”. (Hech. 8, 15-17; 19, 5-6)..

3-Reconciliación:
Después de la Resurrección estaban reunidos los apóstoles – con las puertas cerradas por miedo a los judíos – se les aparece Jesús y les dice: “La paz con vosotros. Como el Padre me envío, también yo los envío. Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: Recibid al Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedaran perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos”. (Jn. 20, 21-23).

4-Eucaristía:
Después, tomo el pan y, dando gracias, lo partió y se lo dio, diciendo:”Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes. Hagan esto en memoria mía”. Después de la Cena, hizo lo mismo con la copa. Dijo:”Esta copa es la alianza nueva sellada con mi sangre, que va a ser derramada por ustedes”. (Lc. 22, 19-20).

5-Orden sacerdotal:
“La paz con vosotros. Como el Padre me envío, también yo los envío. Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: Recibid al Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedaran perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos”. (Jn. 20, 21-23)

“Hagan esto en memoria mía”. (Lc 22, 19)

6-Matrimonio:
“No habéis leído, como Él que creó al hombre al principio, lo hizo varón y mujer? Y dijo: por ello dejará a su padre y a su madre, y los dos se harán una sola carne”. (Mt. 19, 4-5).
“Lo que Dios unió, que no lo separe el hombre”. (Mt. 19, 6)..

7-Unción de los enfermos:
“que en Su nombre……. impondrán las manos sobre los enfermos….” (Mc. 16, 17-18).
“¡Sanad a los enfermos!” (Mt. 10, 8).


Los Siete Sacramentos en la Biblia:


Una lectora amablemente ha enviado un conjunto de de textos bíblicos relacionados con los Siete Sacramentos, que ha anotado luego de una charla del Doctor Fernando Casanova. Sin duda una completa referencia a tener en cuenta a la hora de explicarlos.

BAUTISMO

Mt. 28, 19
“Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,”

Mc. 16, 16
“El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará.”

Jn. 3, 5
“Respondió Jesús: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios.»”

Hch. 2, 38
“Pedro les contestó: «Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo;»”

Hch. 16, 15
“Cuando ella y los de su casa recibieron el bautismo, suplicó: «Si juzgáis que soy fiel al Señor, venid y quedaos en mi casa.» Y nos obligó a ir.”

Hch. 16, 33
“En aquella misma hora de la noche el carcelero los tomó consigo y les lavó las heridas; inmediatamente recibió el bautismo él y todos los suyos.”

Hch. 22, 16
“Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, recibe el bautismo y lava tus pecados invocando su nombre.”

Rom. 5, 3-4
“¿O es que ignoráis que cuantos fuimos bautizados en Cristo Jesús, fuimos bautizados en su muerte?”

1 Cor. 1, 13-16
“¿Esta dividido Cristo? ¿Acaso fue Pablo crucificado por vosotros? ¿O habéis sido bautizados en el nombre de Pablo? ¡Doy gracias a Dios por no haber bautizado a ninguno de vosotros fuera de Crispo y Gayo! Así, nadie puede decir que habéis sido bautizados en mi nombre. ¡Ah, sí!, también bauticé a la familia de Estéfanas. Por lo demás, no creo haber bautizado a ningún otro.”

1 Cor. 6, 11
“Y tales fuisteis algunos de vosotros. Pero habéis sido lavados, habéis sido santificados, habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.”

Col. 2, 12
“Sepultados con Él en el bautismo, con Él también habéis resucitado por la fe en la acción de Dios, que resucitó de entre los muertos.”

Tit. 3, 5
“Él nos salvó, no por obras de justicia que hubiésemos hecho nosotros, sino según su misericordia, por medio del baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo,”

1 Pe 3, 21
“a ésta corresponde ahora el bautismo que os salva y que no consiste en quitar la suciedad del cuerpo, sino en pedir a Dios una buena conciencia por medio de la Resurrección de Jesucristo,”

CONFIRMACIÓN

Sab. 9, 17
“Y ¿quién habría conocido tu voluntad, si tú no le hubieses dado la Sabiduría y no le hubieses enviado de lo alto tu espíritu santo?”

Hch. 8, 14-17
“Al enterarse los apóstoles que estaban en Jerusalén de que Samaria había aceptado la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. Estos bajaron y oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo; pues todavía no había descendido sobre ninguno de ellos; únicamente habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo.”

Hch. 13, 2-3
“Mientras estaban celebrando el culto del Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: «Separadme ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado.» Entonces, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y les enviaron.”

Hch. 19, 1-6
“Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo atravesó las regiones altas y llegó a Éfeso donde encontró algunos discípulos; les preguntó: «¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando abrazasteis la fe?» Ellos contestaron: «Pero si nosotros no hemos oído decir siquiera que exista el Espíritu Santo.» Él replicó: «¿Pues qué bautismo habéis recibido?». «El bautismo de Juan», respondieron. Pablo añadió: «Juan bautizó con un bautismo de conversión, diciendo al pueblo que creyesen en el que había de venir después de él, o sea en Jesús.» Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Y, habiéndoles Pablo impuesto las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo y se pusieron a hablar en lenguas y a profetizar.”

2 Cor. 1, 21-22
“Y es Dios el que nos conforta juntamente con vosotros en Cristo y el que nos ungió, y el que nos marcó con su sello y nos dio en arras el Espíritu en nuestros corazones.”

Ef. 1, 13
“En Él también vosotros, tras haber oído la Palabra de la verdad, el Evangelio de vuestra salvación, y creído también en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la Promesa,”

Heb. 6, 1-2
“Por eso, dejando aparte la enseñanza elemental acerca de Cristo, elevémosnos a lo perfecto, sin reiterar los temas fundamentales del arrepentimiento de las obras muertas y de la fe en Dios; de la instrucción sobre los bautismos y de la imposición de las manos; de la resurrección de los muertos y del juicio eterno.”

EUCARISTÍA

Mt. 26, 26-28
“Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: «Tomad, comed, éste es mi cuerpo.» Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: «Bebed de ella todos, porque ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para perdón de los pecados.»”

Mc. 14, 22-24
“Y mientras estaban comiendo, tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio, y dijo: «Tomad, este es mi cuerpo.» Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio, y bebieron todos de ella. Y les dijo: «Esta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos.»”

Lc. 22, 19-20
“Tomó luego pan, y, dadas las gracias, lo partió y se lo dio diciendo: «Este es mi cuerpo que es entregado por vosotros; haced esto en recuerdo mío.» De igual modo, después de cenar, tomó la copa, diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros.»”

Jn. 6, 30-35
“Ellos entonces le dijeron: «¿Qué señal haces para que viéndola creamos en ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, según está escrito: «Pan del cielo les dio a comer.» Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: No fue Moisés quien os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo.» Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan.» Les dijo Jesús: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed.»”

Jn. 6, 48-58
“«Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo.» Discutían entre sí los judíos y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?» Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre.»”

1 Cor. 10, 16
“La copa de bendición que bendecimos ¿no es acaso comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo? Porque aun siendo muchos, un solo pan y un solo cuerpo somos, pues todos participamos de un solo pan.”

1 Cor. 11, 23-29
“Porque yo recibí del Señor lo que os he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo: «Este es mi cuerpo que se da por vosotros; haced esto en recuerdo mío.»
Asimismo también la copa después de cenar diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Cuantas veces la bebiereis, hacedlo en recuerdo mío.» Pues cada vez que coméis este pan y bebéis esta copa, anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga. Por tanto, quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba de la copa. Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo.”

RECONCILIACIÓN

Mt. 16, 19
“A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la Tierra quedará atado en los Cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los Cielos.”

Mt. 18, 18
“Yo os aseguro: todo lo que atéis en la Tierra quedará atado en el Cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el Cielo.”

Lc. 15, 18-19
“Me levantaré, iré a mi padre y le diré: «Padre, pequé contra el Cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros.»”

Jn. 20, 21-23
“Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío.» Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»”

Hch. 19, 18
“Muchos de los que habían creído venían a confesar y declarar sus prácticas.”

1 Cor. 5, 3-5
“Pues bien, yo por mi parte corporalmente ausente, pero presente en espíritu, he juzgado ya, como si me hallara presente, al que así obró: que en nombre del Señor Jesús, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de Jesús Señor nuestro, sea entregado ese individuo a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu se salve en el Día del Señor.”

2 Cor. 2, 6-11
“Bastante es para ese tal el castigo infligido por la comunidad, por lo que es mejor, por el contrario, que le perdonéis y le animéis no sea que se vea ése hundido en una excesiva tristeza. Os suplico, pues, que reavivéis la caridad para con él. Pues también os escribí con la intención de probaros y ver si vuestra obediencia era perfecta.
Y a quien vosotros perdonéis, también yo le perdono. Pues lo que yo perdoné -si algo he perdonado- fue por vosotros en presencia de Cristo, para que no seamos engañados por Satanás, pues no ignoramos sus propósitos.”

2 Cor. 5, 18-20
“Y todo proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por Cristo y nos confió el ministerio de la reconciliación.
Porque en Cristo estaba Dios reconciliando al mundo consigo, no tomando en cuenta las transgresiones de los hombres, sino poniendo en nosotros la palabra de la reconciliación. Somos, pues, embajadores de Cristo, como si Dios exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os suplicamos: ¡reconciliaos con Dios!”

Sgo. 5, 16
“Confesaos, pues, mutuamente vuestros pecados y orad los unos por los otros, para que seáis curados. La oración ferviente del justo tiene mucho poder.”

1 Jn. 1, 8-9
“Si decimos: «No tenemos pecado», nos engañamos y la verdad no está en nosotros. Si reconocemos nuestros pecados, fiel y justo es Él para perdonarnos los pecados y purificarnos de toda injusticia.”

UNCIÓN DE LOS ENFERMOS

Mc. 6, 5
“Y no podía hacer allí ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes curó imponiéndoles las manos.”

Mc. 6, 12-13
“Y, yéndose de allí, predicaron que se convirtieran; expulsaban a muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.”

Lc. 13, 12-13
“Al verla Jesús, la llamó y le dijo: «Mujer, quedas libre de tu enfermedad.» Y le impuso las manos. Y al instante se enderezó, y glorificaba a Dios.”

Hch. 9, 17-18
“Fue Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y le dijo: «Saúl, hermano, me ha enviado a ti el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías, para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo.» Al instante cayeron de sus ojos unas como escamas, y recobró la vista; se levantó y fue bautizado.”

1 Cor. 12, 9
“a otro, fe, en el mismo Espíritu; a otro, carismas de curaciones, en el único Espíritu;”

1 Cor. 12, 30
“¿Todos con carisma de curaciones? ¿Hablan todos lenguas? ¿Interpretan todos?”

Sgo. 5, 14-15
“¿Está enfermo alguno entre vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el nombre del Señor. Y la oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor hará que se levante, y si hubiera cometido pecados, le serán perdonados.”

ORDEN SACERDOTAL

Mt. 18, 18
“Yo os aseguro: todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo.”

Lc. 10, 16
“Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.”

Lc. 22, 19
“Tomó luego pan, y, dadas las gracias, lo partió y se lo dio diciendo: «Este es mi cuerpo que es entregado por vosotros; haced esto en recuerdo mío.»”

Lc. 24, 47
“y se predicará en Su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén.”

Jn. 12, 20-22
“Había algunos griegos de los que subían a adorar en la fiesta. Estos se dirigieron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le rogaron: «Señor, queremos ver a Jesús.» Felipe fue a decírselo a Andrés; Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús.”

Jn. 15, 5
“Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada.”

Hch. 6, 6
“los presentaron a los apóstoles y, habiendo hecho oración, les impusieron las manos.”

Hch. 15, 2-6
“Se produjo con esto una agitación y una discusión no pequeña de Pablo y Bernabé contra ellos; y decidieron que Pablo y Bernabé y algunos de ellos subieran a Jerusalén, donde los apóstoles y presbíteros, para tratar esta cuestión. Ellos, pues, enviados por la Iglesia, atravesaron Fenicia y Samaria, contando la conversión de los gentiles y produciendo gran alegría en todos los hermanos. Llegados a Jerusalén fueron recibidos por la Iglesia y por los apóstoles y presbíteros, y contaron cuanto Dios había hecho juntamente con ellos. Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían abrazado la fe, se levantaron para decir que era necesario circuncidar a los gentiles y mandarles guardar la Ley de Moisés. Se reunieron entonces los apóstoles y presbíteros para tratar este asunto.”

Hch. 20, 17
“Desde Mileto envió a llamar a los presbíteros de la Iglesia de Éfeso.”

Hch. 20, 28
“Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual os ha puesto el Espíritu Santo como vigilantes para pastorear la Iglesia de Dios, que Él se adquirió con la sangre de su propio Hijo.”

Hch. 21, 18
“Al día siguiente Pablo, con todos nosotros, fue a casa de Santiago; se reunieron también todos los presbíteros.”

1 Tim. 3, 1
“Es cierta esta afirmación: Si alguno aspira al cargo de epíscopo, desea una noble función.”

1 Tim. 4, 14
“No descuides el carisma que hay en ti, que se te comunicó por intervención profética mediante la imposición de las manos del colegio de presbíteros.”

1 Tim. 5, 17
“Los presbíteros que ejercen bien su cargo merecen doble remuneración, principalmente los que se afanan en la predicación y en la enseñanza.”

2 Tim. 1, 6
“Por esto te recomiendo que reavives el carisma de Dios que está en ti por la imposición de mis manos.”

Tit. 1, 5
“El motivo de haberte dejado en Creta, fue para que acabaras de organizar lo que faltaba y establecieras presbíteros en cada ciudad, como yo te ordené.”

1 Pe. 5, 1
“A los ancianos que están entre vosotros les exhorto yo, anciano como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que está para manifestarse.”

MATRIMONIO

Gén. 1, 26-28
“Y dijo Dios: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves de los cielos, y en las bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todas las sierpes que serpean por la tierra. Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó. Y bendíjolos Dios, y díjoles Dios: «Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra.»”

Gén. 2, 18-25
“Dijo luego Yahveh Dios: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada.» Y Yahveh Dios formó del suelo todos los animales del campo y todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre le diera. El hombre puso nombres a todos los ganados, a las aves del cielo y a todos los animales del campo, mas para el hombre no encontró una ayuda adecuada. Entonces Yahveh Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con carne. De la costilla que Yahveh Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces éste exclamó: «Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada.» Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne. Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, pero no se avergonzaban uno del otro.”

Mt. 5, 31-32
“También se dijo: ‘El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio.’ Pues yo os digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto en caso de fornicación, la hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio.”

Mt. 19, 3-9
“Y se le acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, le dijeron: «¿Puede uno repudiar a su mujer por un motivo cualquiera?» Él respondió: «¿No habéis leído que el Creador, desde el comienzo, ‘los hizo varón y hembra’, y que dijo: ‘Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne?’ De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió no lo separe el hombre.» Dícenle: «Pues ¿por qué Moisés prescribió dar acta de divorcio y repudiarla?» Díceles: «Moisés, teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón, os permitió repudiar a vuestras mujeres; pero al principio no fue así. Ahora bien, os digo que quien repudie a su mujer -no por fornicación- y se case con otra, comete adulterio.»”

Mc. 10, 2-12
“Se acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, preguntaban: «¿Puede el marido repudiar a la mujer?»
Él les respondió: «¿Qué os prescribió Moisés?» Ellos le dijeron: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla.» Jesús les dijo: «Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este precepto.
Pero desde el comienzo de la creación, ‘Él los hizo varón y hembra.’ ‘Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y los dos se harán una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne.’ Pues bién, lo que Dios unió, no lo separe el hombre.» Y ya en casa, los discípulos le volvían a preguntar sobre esto. Él les dijo: «Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla; y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio.»”

Lc. 16, 18
“Todo el que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio; y el que se casa con una repudiada por su marido, comete adulterio.”

Rom. 7, 2-3
“Así, la mujer casada está ligada por la ley a su marido mientras éste vive; mas, una vez muerto el marido, se ve libre de la ley del marido. Por eso, mientras vive el marido, será llamada adultera si se une a otro hombre; pero si muere el marido, queda libre de la ley, de forma que no es adultera si se casa con otro.”

1 Cor. 7, 1-15
“En cuanto a lo que me habéis escrito, bien le está al hombre abstenerse de mujer. No obstante, por razón de la impureza, tenga cada hombre su mujer, y cada mujer su marido. Que el marido dé a su mujer lo que debe y la mujer de igual modo a su marido. No dispone la mujer de su cuerpo, sino el marido. Igualmente, el marido no dispone de su cuerpo, sino la mujer. No os neguéis el uno al otro sino de mutuo acuerdo, por cierto tiempo, para daros a la oración; luego, volved a estar juntos, para que Satanás no os tiente por vuestra incontinencia. Lo que os digo es una concesión, no un mandato. Mi deseo sería que todos los hombres fueran como yo; mas cada cual tiene de Dios su gracia particular: unos de una manera, otros de otra. No obstante, digo a los célibes y a las viudas: Bien les está quedarse como yo. Pero si no pueden contenerse, que se casen; mejor es casarse que abrasarse. En cuanto a los casados, les ordeno, no yo sino el Señor: que la mujer no se separe del marido, mas en el caso de separarse, que no vuelva a casarse, o que se reconcilie con su marido, y que el marido no despida a su mujer. En cuanto a los demás, digo yo, no el Señor: Si un hermano tiene una mujer no creyente y ella consiente en vivir con él, no la despida. Y si una mujer tiene un marido no creyente y él consiente en vivir con ella, no le despida. Pues el marido no creyente queda santificado por su mujer, y la mujer no creyente queda santificada por el marido creyente. De otro modo, vuestros hijos serían impuros, mas ahora son santos. Pero si la parte no creyente quiere separarse, que se separe, en ese caso el hermano o la hermana no están ligados: para vivir en paz os llamó el Señor.”

1 Cor. 7, 39
“La mujer está ligada a su marido mientras él viva; mas una vez muerto el marido, queda libre para casarse con quien quiera, pero sólo en el Señor.”

Ef. 5, 3
“La fornicación, y toda impureza o codicia, ni siquiera se mencione entre vosotros, como conviene a los santos.”

Ef. 5, 5
“Porque tened entendido que ningún fornicario o impuro o codicioso -que es ser idólatra- participará en la herencia del Reino de Cristo y de Dios.”

Ef. 5, 21-33
“Sed sumisos los unos a los otros en el temor de Cristo. Las mujeres a sus maridos, como al Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es Cabeza de la Iglesia, el salvador del Cuerpo. Así como la Iglesia está sumisa a Cristo, así también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada. Así deben amar los maridos a sus mujeres como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer se ama a sí mismo. Porque nadie aborreció jamás su propia carne; antes bien, la alimenta y la cuida con cariño, lo mismo que Cristo a la Iglesia, pues somos miembros de su Cuerpo. ‘Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne.’ Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia. En todo caso, en cuanto a vosotros, que cada uno ame a su mujer como a sí mismo; y la mujer, que respete al marido.”

Heb. 13, 4
“Tened todos en gran honor el matrimonio, y el lecho conyugal sea inmaculado; que a los fornicarios y adúlteros los juzgará Dios.”

1 Pe. 3, 1-7
“Igualmente, vosotras, mujeres, sed sumisas a vuestros maridos para que, si incluso algunos no creen en la Palabra, sean ganados no por las palabras sino por la conducta de sus mujeres, al considerar vuestra conducta casta y respetuosa. Que vuestro adorno no esté en el exterior, en peinados, joyas y modas, sino en lo oculto del corazón, en la incorruptibilidad de un alma dulce y serena: esto es precioso ante Dios. Así se adornaban en otro tiempo las santas mujeres que esperaban en Dios, siendo sumisas a sus maridos; así obedeció Sara a Abraham, llamándole ‘Señor’. De ella os hacéis hijas cuando obráis bien, sin tener ningún temor. De igual manera vosotros, maridos, en la vida común sed comprensivos con la mujer que es un ser más frágil, tributándoles honor como coherederas que son también de la gracia de Vida, para que vuestras oraciones no encuentren obstáculo.”

La Iglesia: ¿Existe Cristo sin Iglesia?

"Jesús ama tanto su Iglesia que se entregó por ella, no debemos decir que amamos a Jesús pero despreciamos su Iglesia."


El problema surge cuando se dice, supuestamente, creer en Jesucristo y con eso ser suficiente. No habiendo necesidad de Iglesia.
Con la diferencia que en la sagrada escritura no se encuentra un cristo sin Iglesia.
Nuestro Señor Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre dio su vida en la Cruz para salvar a los hombres del pecado y el poder del demonio. Fundó su Iglesia para continuar su obra de salvación aquí en la tierra.
Como podremos ver a continuación:



por encima de todo Principado, Potestad, Virtud, Dominación y de todo cuanto tiene nombre no sólo en este mundo sino también en el venidero.
Bajo sus pies sometió todas la cosas y le constituyó Cabeza suprema de la Iglesia,
que es su Cuerpo, la Plenitud del que lo llena todo en todo.
Efesios 1,21-23
para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora manifestada a los Principados y a las Potestades en los cielos, mediante la Iglesia, conforme al previo designio eterno que realizó en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Efesios 3,10-11

Los poderes del mundo de arriba se van a manifestar en y por la Iglesia la multiforme y sabiduría de Dios:
a él la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones y todos los tiempos. Amén.
Efesios 3,21
 A Jesucristo se le rinde gloria en y por la Iglesia:
pero si tardo, para que sepas cómo hay que portarse en la casa de Dios, que es la Iglesia de Dios vivo, columna y fundamento de la verdad.
1Timoteo 3,15

Nos da a conocer la palabra de Dios que la Iglesia es pilar y base de la verdad.
El mismo Jesucristo, refiriéndose a la Iglesia
Si se niega a escucharlos, dilo a la Iglesia reunida.Y si tampoco lo hace con la Iglesia, será para ti como un pagano o un publicano.
desde Mateo 18,17.
 El Apóstol Pablo en su encuentro con Jesucristo descubre algo importantísimo.
Entretanto Saulo, respirando todavía amenazas y muertes contra los discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que si encontraba algunos seguidores del Camino, hombres o mujeres, los pudiera llevar atados a Jerusalén.
Sucedió que, yendo de camino, cuando estaba cerca de Damasco, de repente le rodeó una luz venida del cielo, cayó en tierra y oyó una voz que le decía: «Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?»
El respondió: «¿Quién eres, Señor?» Y él: «Yo soy Jesús, a quien tú persigues.
Hechos 9,1-5

El llamado de Jesucristo al apóstol es porque me persigues. Claramente Pablo perseguía a la Iglesia y es donde nos damos cuenta que el mismo Jesucristo se hace uno con la Iglesia.

La iglesia tiene la bendición de Jesús:
Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno como nosotros.
Cuando estaba yo con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que me habías dado. He velado por ellos y ninguno se ha perdido, salvo el hijo de perdición, para que se cumpliera la Escritura.
Pero ahora voy a ti, y digo estas cosas en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría colmada.
Yo les he dado tu Palabra, y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como yo no soy del mundo.
No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del Maligno.
Ellos no son del mundo, como yo no soy del mundo.
Santifícalos en la verdad: tu Palabra es verdad.
Como tú me has enviado al mundo, yo también los he enviado al mundo.
Y por ellos me santifico a mí mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad.
No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno:
yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí.
Juan 17,11-23

Jesús ama su Iglesia tanto que se entrego por ella, no podemos decir que amamos a Jesús pero despreciamos su Iglesia:
Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada.
Efesios 5,25-27
La Iglesia es visible:
Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y sus miembros cada uno por su parte. Y así los puso Dios en la Iglesia, primeramente como apóstoles; en segundo lugar como profetas; en tercer lugar como maestros; luego, los milagros; luego, el don de las curaciones, de asistencia, de gobierno, diversidad de lenguas. ¿Acaso todos son apóstoles? O ¿todos profetas? ¿Todos maestros? ¿Todos con poder de milagros? ¿Todos con carisma de curaciones? ¿Hablan todos lenguas? ¿Interpretan todos?
1 Corintios 12,27-30

Así pues, ya no sois extraños ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y familiares de Dios, edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, siendo la piedra angular Cristo mismo, en quien toda edificación bien trabada se eleva hasta formar un templo santo en el Señor, en quien también vosotros estáis siendo juntamente edificados, hasta ser morada de Dios en el Espíritu.
Efesios 2,19-22

Asi que no se puede decir, acepto a Jesucristo y rechazo su cuerpo. Sabemos que Jesucristo es la cabeza, claro esta que están perdidos quienes no acepten la verdad que no hay Cristo sin Iglesia.
Rechazar la Iglesia es rechazar a Jesucristo mismo.

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Autor: Jose Galeno

Libre interpretación de la Biblia

1_ EL PROTESTANTISMO DICE QUE CREEN SOLO EN LA BIBLIA PORQUE ES LA PALABRA DE DIOS.
Esto suena muy bien, pero vamos a evidenciar que:

  • A- esto no es cierto.
  • B- tal afirmación va en contra de la razón
  • C- va también contra la misma Biblia.

En primer lugar: ¿quién dijo que la Biblia es la palabra de Dios?
Por si usted no lo sabe, fue la lglesia católica, la que estableció el Canon o la lista de los libros que componen el Nuevo Testamento. Entre todos los libros que se escribieron en aquel tiempo, la Iglesia Católica declaró cuáles eran inspirados y cuáles no, en el año 393 en el Concilio de Nipona, y en el año 397 en el Concilio de Cartago.
Dice Lutero, fundador del Protestantismo, que la Biblia, -y ella sola- es la religión de los protestantes.
Que las Escrituras son por sí mismas, ciertas, sencillas claras e intérpretes propias, a sus ojos la Autoridad de las Escrituras no necesita ser confirmada por la iglesia, sino que se impone al creyente por un testimonio interno.

Es evidente la dificultad que todo esto encierra y pasemos a demostrar que:
A. No es cierto que los protestantes crean solo en la Biblia.
Si creen solo en la Biblia, ¿por qué aceptan la fórmula del Credo Católico? el contenido de él está en la Biblia, pero la fórmula NO, está en la Iglesia Católica.
Si creen solo en la Biblia, ¿por qué no aceptan el descanso el sábado como lo ordena la Biblia, sino el domingo instituido por la Iglesia Católica? ¿De dónde sacaron que nada más hay que creer en la Biblia? Esto no se encuentra en toda la Biblia, y aunque sí se encontrara, ¿Ya a aceptar la razón el que la Biblia se dé autoridad y se garantice a sí misma? ¿Y cómo sabe el protestante cual es la verdadera Biblia y la mejor traducción, ya que todas varían tanto, pues basta cambiar una palabra o un acento como lo hizo Lutero, para cambiar el sentido de una enseñanza, sino creyendo en la palabra de su pastor?
Por no aceptar la autoridad del PAPA, grandes ramas protestantes aceptan la de innumerables "papitas" pues cada pastor se cree el mejor intérprete de la Biblia enseñando lo que a su parecer debe ser, aunque caiga en flagrantes contradicciones y componendas, pues es de sus fieles de donde debe sacar el pan para su mujer e hijos.

B- Es contra la razón pretender que la Biblia sea la sola regla del cristiano.
Es un hecho que el Cristianismo estaba ya muy extendido antes de que San Mateo escribiera el primer Evangelio, lo que hizo 8 años después de la muerte de Cristo. Luego el cristianismo primitivo que pretenden resucitar los protestantes, se propagó por medio de la predicación, no por medio de la lectura de la Biblia, la que no estuvo concluida sino hasta el año 70 después de la muerte de nuestro Divino Redentor.
Si la Biblia fuera la única regla del cristiano, ¿cómo habría podido propagarse la religión en los 15 siglos anteriores a la invención de la imprenta?
Hay en la Biblia unos libros que son la narración de la historia de Israel, y como historia, tienen que referir los hechos tal y como sucedieron sin ocultar ni disimular nada, lo que se opondría a la imparcialidad histórica.
La Biblia nos refiere así para reprobarlos, muchos hechos ignominiosos de hombres corrompidos, los que aprovecha además, para indicamos cómo gobierna al mundo la Providencia Divina y cómo castiga Dios el pecado. La Biblia es un libro de texto de religión, es un libro difícil de entender que trata tanto de historia, como de costumbres, creencias, descripciones en lenguaje popular, etc., que ya no existen.
El confundir una costumbre con una enseñanza, puede originar o engendrar muchos errores, y es lo que está sucediendo en muchos casos. Se necesita estudio, reflexión y sabiduría, para poder distinguir el valor de los distintos contenidos bíblicos.
No basta decir: "está en la Biblia", hay que ver, repetimos, de qué se trata, si es una enseñanza una costumbre, una creencia de aquel tiempo o una idea personal de tal o cual autor.
Es por esto que este estudio se masifica mediante la HISTORIA SAGRADA que aprendemos en el Catecismo. Creemos dejar evidenciado que es contra la razón el creer que la Biblia pueda ser la única regla del cristiano, pero hay para probarlo además otras muchas razones, y la principal es que nuestro Señor Jesucristo dejó también como fuente de verdad: la tradición oral (Le. 10: 16).

C- Esta creencia va también contra la misma Biblia.
En vano se buscará en toda la Biblia algún versículo que pueda honradamente interpretarse como que ella sea la sola regla del cristiano. Si tal hubiera sido la idea de Nuestro Señor Jesucristo, seguramente la hubiera escrito El mismo, empezando por ordenar claramente que a ella tan solo nos atuviéramos; al no hacer esto autorizó de hecho el que hubiera intermediarios entre Él y nosotros a los que dijo: Quien a vosotros escucha a Mí me escucha; quien a vosotros rechaza, a Mi me rechaza. (Lc. 10:16)
Rogamos al lector se sirva considerar si podía Cristo con más claras palabras, haber autorizado NO a la Biblia, sino a la predicación de su Iglesia. Es un absurdo querer poner la Biblia como autoridad suprema en el campo de la fe. Hay que reconocer que primero está Cristo, después la Iglesia y después la Biblia, y no al revés.

2_ EL PROTESTANTISMO EQUIVOCA PRETENDER PODER INTERPRETAR POR Sl MISMOS LA BIBLIA.
  • a- porque esto es contra la realidad.
  • b- porque esto es contra la razón.
  • c- porque esto contra la biblia.
a. Es contra la realidad pretender que el protestantismo interprete la Biblia individualmente.
Es un hecho que no son los fíeles los que interpretan individualmente la Biblia, sino que con el pretexto de que es un libro "difícil de entender" se requiere para ello una instrucción que el fiel no tiene, pero que el pastor se adjudica, y él es quien "explica" como conviene a la "iglesia" a la que pertenece, las "difíciles" interpretaciones a sus doctrinas.

b. Es contra la razón pretender la libre interpretación de la Biblia.
Esto puede establecerse desde luego, considerando que siendo la Biblia, entre otras cosas, un Código de Moral, si se interpreta por sí misma, viene a ser Juez y parte en causa propia, lo que indudablemente trae consigo la tendencia a torcer en nuestro provecho su sentido. Y los hechos nos proporcionan innumerables pruebas de la verdad de lo anterior, entre las cuales citaremos:
  1. Los protestantes mormones y los anabaptistas de Munstec, interpretando las palabras "creced y multiplicaos", concluyeron la legitimidad de la poligamia.- fue en la propia Biblia, que Lutero, Buter y Melanchton se apoyaron para permitir al Landgrave de Hesse, que tuviera dos mujeres a la vez.-
  2. Juan Leyde, leyendo la Biblia, descubrió que debía casarse con once mujeres a la vez.-
  3. Hermann encontró en ella que él era el Mesías enviado por Dios.-
  4. Nicolás, que la fe era necesaria y que había que vivir en el pecado para que abundara la gracia.
  5. Sympson pretende haber leído en ella que hay que caminar desnudo por las calles, para mostrar a los ricos que deben despojarse de todo.
  6. Richard Hill encuentra en la Biblia que el adulterio y homicidio son obras que sirven para el bien, y que uniendo a ellos el incesto, nos hacen más santos en la tierra y más felices en el cielo.
  7. Hace algunos años en México, pudimos evidenciar que los protestantes de la secta Episcopal Americana, han leído en la Biblia que hay que venerar las imágenes, que son 7 los sacramentos, y que hay que profesar un Credo definido.
  8. Los Presbiterianos, han leído en la Biblia que son solo 2 sacramentos (mejor diríamos que uno y medio, pues la "Cena del Señor" para ellos es juramento, palabra a la que erróneamente dan la interpretación de sacramento) que el hombre ya viene predestinado para el bien o para el mal, por lo que en realidad niegan el libre albedrío.
  9. Los Testigos de Jehová, la secta más activa actualmente en México, leen en la Biblia que NO existe el infierno, que Cristo NO es Dios y niegan la inmortalidad del alma. Con estas ideas, ¿tiene explicación su proselitismo?
  10. Los Metodistas han leído en la Biblia, que sí existe el libre albedrío. Son de tal manera evidentes las aberraciones a las que conduce al hombre la libre interpretación de la Biblia, que han habido protestantes honrados que han confesado que no hay crimen ni abominación que no haya encontrado su justificación en algún texto de la Escritura, interpretada fuera de la autoridad de la Iglesia, pues los protestantes buscan en ella versículos que se adapten a sus tendencias, y no adaptar éstas a sus versículos.
  11. Para ejemplo, "basta un botón"; una de las llamadas "Iglesias históricas", la Presbiteriana, está en grandes dificultades por el estudio que se está haciendo acerca de que la mayoría de los fieles rechazan las "tradicionales normas sexuales bíblicas" por lo que urge cambiar doctrinas para acomodarlas a las costumbres actuales, porque de otra manera se quedan sin "clientela".
No están lejos de seguir las mismas "reformas" algunas de las Iglesias Episcopales, Metodistas y Luteranas. Siendo una necesidad humana la satisfacción de los deseos sexuales, no hay porqué restringirla a los limitados causes del matrimonio, al que ya es imposible pedir como antes, abstinencia, fidelidad y castidad; así pues hay que cambiar estos conceptos para dar la debida atención a los homosexuales, las relaciones entre "amantes adolescentes responsables" etc.
El estudio apenas trata el problema de la procreación: la maternidad es algo que se puede evadir, por medio del uso de anticonceptivos o la interrupción del embarazo con el aborto. Por otra parte, es imposible pedir a las 3/4 partes de los fíeles que viven "solos" un celibato inhumano y tradicional que los hace unos "marginados" y se les recomienda la práctica de un "sexo seguro".
Se olvidan que las "tradicionales normas sexuales bíblicas" se encuentran en los 10 MANDAMIENTOS de la Ley de Dios, que fueron ratificados y perfeccionados por nuestro Señor Jesucristo, y que bajando a la escala natural, son verdaderamente lo que pudiéramos llamar: ecológicas e higiénicas. Y a pesar de que todos ellos interpretan la Biblia de manera diferente, como acabamos de evidenciarlo, aseguran que el Espíritu Santo los "ilumina".
Hasta los pasajes más claros y más sencillos de las Escrituras, son para ellos motivo de grandes disputas y divisiones, al grado de que se encuentran más de ¡doscientas! interpretaciones diferentes de estas benditas palabras de nuestro Señor Jesucristo, tan claras y tan sencillas:
ESTO ES MI CUERPO, palabras que son vida para los católicos y letra muerta para los protestantes.
¡Buena idea se tiene en el protestantismo de este Espíritu Santo! Cuando siendo la verdad una, El los "ilumina" para que cada quien entienda cosas tan diferentes y contradictorias.

c- Que es contra la Biblia creer que puede interpretarse libremente.
Los protestantes pretenden poder apoyarse para interpretar libremente la Biblia en este versículo: "escudriñad las escrituras" (Jn.5:39) pero no lo toman completo, porque dice además: "ya que pensáis tener en ella la vida eterna; son ellas las que dan testimonio de Mi".
Ahora bien: desde luego Jesucristo al decir esto, no se dirige al pueblo, sino a los sacerdotes y les dice que la escudriñen no para encontrar en ellas el único código cristiano, sino para que puedan convencerse de que Él es el Mesías prometido y profetizado por las Escrituras. Y si esto hacen tratándose del versículo que ellos llaman su apoyo, ¿qué no harán con lo restante de la Biblia? la que vemos materialmente atestada de enseñanzas condenando su libre interpretación, entre las cuales bastará con que anotemos las siguientes:
  • (2ª Pedro 3:16) "...entre las cuales (se refiere a las epístolas de San Pablo) hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen como también otras Escrituras para perdición de sí mismos” (textual Biblia protestante)
  • (2ª Pedro 1:20) "Entendiendo primero esto: que ninguna profecía de la Escritura, es de particular interpretación" (textual Biblia protestante)
  • (2ª Tesalonicenses 2:15) "Así es que hermanos, estad firmes y retened la doctrina que habéis aprendido sea por palabra o por carta nuestra"
Nadie como los protestantes han experimentado sobre todo en el campo de la unidad y de la propagación de la fe, los desastrosos efectos de la libre interpretación de la Biblia; "Henos aquí, escribe R.H. Davis, ante la verdadera piedra de escándalo del protestantismo, nuestras diferentes interpretaciones bíblicas, han dado pie a la proliferación de nuestras sectas"."Los grandes desacuerdos doctrinales y prevalecientes en todas las iglesias protestantes, empezando por las anglosajonas, se deben a desacuerdos católicos sobre la Biblia como palabra de Dios; los peligros de la interpretación privada son una realidad frente a las sectas que proliferan en todo el mundo"
Sólo en Africa hay más de 2000, ¡Sí, dos mil sectas autóctonas!

ALGO DE HISTORIA.

  • En el año de 1551, la paz de Ausburgo reconoció legalmente la división religiosa, que poco a poco se hizo una moda, surgiendo un sin fin de opiniones y sectas basadas sobre el principio de la libre interpretación de la Biblia.- Zwinglio (muerto en 1531) negó la presencia de Cristo en la Eucaristía y el sacramento del Bautismo.. En lo demás aceptó completamente la posición luterana. Sus ideas se impusieron en Zurich, Suiza, pero sus partidarios tuvieron que pelear contra los cantones católicos y fueron vencidos en la batalla de Kappel en 1531, en la que fue mortalmente herido.
  • Thomas Muzer fundó los anabaptistas y provocó la guerra de los campesinos (1522-1525).
  • Calvino, muerto en 1564, fundó una secta aparte en Ginebra, Suiza, aceptando el luteranismo y desarrollando la doctrina de la predestinación.
  • Juan Knox, muerto en 1572, fundó en Escocia El presbiterianismo, aceptando las posiciones calvinistas.
  • Enrique VIII, rey de Inglaterra de 1509 a 1547, no consiguiendo que el Papa le anulara su matrimonio con Catalina de Aragón, proclamó la independencia de la Iglesia Anglicana, declarándose su jefe espiritual.
    Una vez rota la unidad con la única Iglesia que fundó Cristo, cada uno por interés, orgullo o buena intención, se sentía libre de seguir "su" camino, dando origen aún sin fin de sectas que hasta la fecha siguen surgiendo y desapareciendo. Los mismos fundadores del protestantismo estaban conscientes del escándalo representado por la rápida proliferación de las sectas.
  • En una carta dirigida a Melanchton, así se expresaba el mismo Calvino:
    "Es de gran importancia que las divisiones que subsisten entre nosotros, no sean conocidas en los futuros tiempos. Nada puede ser más ridículo que el hecho de que quienes fueron impulsados a separarse de la totalidad, no hayan podido lograr sino un tan precario acuerdo en el principio mismo de la Reforma". (Carta No. 14 1)

EL ECUMENISMO.

No es posible terminar este estudio, sin hacer mención al movimiento Ecuménico. Las corrientes ecuménicas están afectando profundamente tanto a la Iglesia Católica, como a las llamadas Iglesias Históricas Protestantes. Es frecuente el intercambio entre exégetas católicos y protestantes, y entre especialistas del Instituto Bíblico de Jerusalén, y en un nivel menos técnico, las "conversaciones", "mesas redondas" o "vigilias" litúrgicas que se celebran entre católicos y protestantes, teniendo como fondo la lectura y meditación de la Biblia.
Por su parte el Concilio Vaticano II a captado las posibilidades de acuerdos, y en el Decreto sobre el Ecumenismo hace más de una vez alusión al prominente papel que las Sagradas Escrituras ocupan en la teología y en la vida religiosa de las comunidades protestantes.
En el terreno católico, la exposición debe hacerse con "toda profundidad, humildad y caridad, con un alma guiada por la verdad" sabiendo que nuestras discrepancias son esenciales, "muy graves" ante todo en puntos de la interpretación de la Verdad Revelada.
Nuestros diálogos han de ser principalmente, si no de modo exclusivo, con protestantes que admitan la Divinidad de Cristo, el Misterio de la Santísima Trinidad y el carácter inspirado de los Libros Sagrados.
El documento conciliar indica también, que la raíz principal de nuestra discrepancia con los hermanos separados, es la interpretación privada de la Biblia.
La Biblia debe contarse entre los verdaderos "tesoros cristianos".
La Escritura conserva entre los no-católicos, su pleno valor aun no creyendo que "El Señor entregó todos los bienes del Nuevo Testamento aun solo Colegio Apostólico, a saber, el que preside Pedro, para constituir un solo Cuerpo con Cristo en la Tierra".


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Autor: Alicia Herrasti
ARZOBISPADO DE MÉXICO
Pbro. Dr. José Luis Guerrero Rosado Censor
por mandato especial del Señor Arzobispo Primado
"IMPRIMATUR" 29 de julio de 1991
Mons. Rutilo S. Ramos Rico Vicario General