1 Corintios 1,10
1 Corintios 1,10
"Os conjuro, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que tengáis todos un mismo hablar, y no haya entre vosotros divisiones; antes bien, estéis unidos en una misma mentalidad y un mismo juicio."
1 Corintios 1,10
1 Corintios 1,10
Reencarnación
La Reencarnación va en contra de los principios de la fe cristiana.
Posiblemente la creencia en la reencarnación comenzó al querer aplicar al ser humano el ciclo que observaban en la naturaleza: El sol y la luna aparecen y desaparecen. Igualmente las temporadas, el follaje, las flores y tantas otras cosas en la naturaleza tienen un ciclo. Así pensaron que el ser humano moría pero regresaba otra vez en otro cuerpo.
La reencarnación es también fruto del deseo humano de darle explicación a las diferencias de inteligencia, salud, talentos, fortuna, etc. que existen entre seres humanos. Según la doctrina de la reencarnación estas diferencias serían culpa o mérito por el comportamiento en vidas anteriores. Por lo tanto se le culpa a los pobres, los enfermos y los desdichados por su condición desdichada y no se hace nada por ellos porque están pagando su culpa. El Evangelio, por el contrario nos revela que Dios se hizo hombre en pobreza En los pobres encontramos al mismo Cristo.
El hombre no debe inventarse "respuestas" para lo que no puede entender. "San Antonio el Grande, el célebre abad egipcio, meditaba en el desierto: ¿Por qué algunos mueren tras una vida corta mientras que otros llegan a una envidiable vejez? ¿Por qué algunos son pobres y otros ricos? ¿Por qué los injustos se enriquecen y los justos pasan necesidad? Entonces oyó una voz que le respondía: "Antonio, Antonio, ocúpate de ti mismo, pues eso pertenece al juicio de Dios y a ti nada te aprovecha saberlo". (Testimonios y Enseñanzas de los Padres del Desierto, C. Tescaroli). Publicado en la revista: Tierra Santa. Mayo-Junio 2002. Jerusalén. Número 756.
La reencarnación está vinculada al concepto del "Karma", según el cual cada uno paga por su buen o mal comportamiento en sus próximas reencarnaciones. El alma de quien tenga un buen karma "transmigrará" encarnándose en un ser superior, quién tenga un mal karma encarnará como un ser inferior, ya sea, por ejemplo una vaca o una cucaracha. En las sucesivas reencarnaciones el alma podría evolucionar hacia la perfección hasta convertirse en espíritu puro que no necesita más reencarnaciones. Entonces se sumerge para siempre en la eternidad.
Los proponentes de la reencarnación creen que el alma es eterna pero no la persona. El alma habita en un cuerpo y cuando este se gasta se consigue otro. El alma no es individual sino que forma parte de "Dios" o "Brama". El objetivo en los ciclos de reencarnaciones es pagar culpas de vidas anteriores y purificar el alma del mal hasta llegar a la "iluminación", lo cual le hace posible quedar absorta en el "Todo", el "alma mundial". Conocerse como parte de ese "Todo" es señal de iluminación.
El Budismo apareció en la India, en el siglo V a.C. y adoptó la creencia en la reencarnación. Mas tarde pasó a Grecia y Roma. Algunas religiones también adoptaron esta explicación humana a los problemas que no podían entender. Tuvo adeptos entre algunos filósofos griegos. En nuestros tiempos se encuentra entre las enseñanzas de las sociedades teosóficas, los gurus indios, los psíquicos y el movimiento de la nueva era por el cual se han importado muchas creencias orientales.
La religión judía por mucho tiempo no tubo una clara doctrina sobre lo que ocurre después de la muerte pero ciertamente no enseñaba la reencarnación ya esa creencia surge mucho mas tarde y es incompatible con la revelación que los judíos habían recibido de Dios.
El Salmo 39, 14: “Señor, no me mires con enojo, para que pueda alegrarme, antes de que me vaya y ya no exista más” (v.14).
Job le dice a Dios: “Apártate de mí. Así podré sonreír un poco, antes de que me vaya para no volver, a la región de las tinieblas y de las sombras” (Job 10,21-22).
Sabiduría16,14: “El hombre, en su maldad, puede quitar la vida, es cierto; pero no puede hacer volver al espíritu que se fue, ni liberar el alma arrebatada por la muerte’’
2 Samuel 14,14. “Todos tenemos que morir, y seremos como agua derramada que ya no puede recogerse”
2 Samuel 12,22-23. “Mientras el niño vivía, yo ayunaba y lloraba. Pero ahora que está muerto ¿para qué voy a ayunar? ¿Acaso podré hacerlo volver? Yo iré hacia él, pero él no volverá hacia mí”
Aproximadamente 200 años a. C. se introdujo en el judaísmo la fe en la resurrección, doctrina incompatible con la reencarnación.
La doctrina de la resurrección enseña que después de la muerte la persona vive pero no en la tierra sino con Dios en la eternidad. Aparece por primera vez en Daniel 12,2: “La multitud de los que duermen en la tumba se despertarán, unos para la vida eterna, y otros para la vergüenza y el horror eterno”
Aparece por segunda vez en 2 Mac 7,9. El rey Antíoco IV de Siria quiere obligar a siete hermanos fieles a la ley judía, por medio de tortura, a abandonar su fe. Al morir el segundo dijo al rey: “Tú nos privas de la vida presente, pero el Rey del mundo a nosotros nos resucitará a una vida eterna” . El séptimo al morir dijo: “Mis hermanos, después de haber soportado una corta pena, gozan ahora de la vida eterna” (2 Mac 7,36).
La parábola del rico Epulón (Lc 16,19.31): Lázaro después de la muerte va inmediatamente al cielo. El rico muere y va inmediatamente al infierno. El versículo 25 revela que el rico pagará por su mala conducta, no reencarnándose, sino en el infierno para siempre, del cual no puede pasar al otro lado ni volver a la tierra.
El buen ladrón desde la cruz pidió a Jesús: “acuérdate de mí cuando vayas a tu reino”. Jesús le responde: “Te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso” (Lc 23,43). El buen ladrón no regresó a la tierra para pagar su "karma" por ser ladrón. Fué directo al cielo "hoy mismo" por el perdón recibido de Jesús.
Filipenses 1,23-24: “Me siento apremiado por los dos lados. Por una parte, quisiera morir para estar ya con Cristo. Pero por otra, es más necesario para ustedes que yo me quede aún en este mundo” Obviamente Pablo sabía que al morir no regresaría con otra vida al mundo sino que estaría definitivamente "con Cristo".
1 Cor 15,42.44. “En la resurrección de los muertos, se entierra un cuerpo corruptible y resucita uno incorruptible, se entierra un cuerpo humillado y resucita uno glorioso, se entierra un cuerpo débil y resucita uno fuerte, se entierra un cuerpo material y resucita uno espiritual"
Hebreos 9,27 sintetiza la enseñanza de las Escrituras al respecto:
"está establecido que los hombres mueran una sola vez, y luego el juicio"
Uno de los pasajes bíblicos en que pretenden encontrar la reencarnación es Mateo 11,14: "Y, si queréis admitirlo, él (Juan Bautista) es Elías, el que iba a venir." Jesús habla aquí de que el espíritu profético de Elías (no su cuerpo ni su alma) continúa en San Juan Bautista. Que se refiere al espíritu profético y no al cuerpo físico de Elías se deduce de Lucas 1,17 "e irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y a los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto."
Además, el mismo San Juan Bautista negó explícitamente ser Elías:
"Y le preguntaron: «¿Qué, pues? ¿Eres tú Elías?» El dijo: «No lo soy.» - «¿Eres tú el profeta?» Respondió: «No.»" -Jn 1,21
Para entender el sentido bíblico pongo un ejemplo: Si nosotros decimos de una niña: "tiene los ojos de su madre", todos entienden que no se trata de un transplante de ojos. No se trata de la reencarnación de los ojos de la madre en la niña. Solo estamos diciendo que los ojos de madre e hija se parecen mucho.
El evangelio del amor y del perdón sobrepasa en grande la enseñanza cruel de la reencarnación con sus ciclos y karmas. Dios tanto amó al mundo que envió a Su único Hijo para que el que crea en El tenga vida eterna.
Fuente- Alan Schreck en inglés, artículo en New Covenant, V-1990
En que consiste
Reencarnar (volver a encarnar). En general, reencarnación es la creencia según la cual el alma, después de la muerte, se separa del cuerpo y toma otro cuerpo para continuar otra vida mortal. Según esta creencia, las almas pasan por ciclos de muertes y nuevas encarnaciones. Un ser humano, por ejemplo, podría volver a vivir en la tierra naciendo como un nuevo personaje. Una creencia reencarnacionista llamada “metempsicosis”, enseña que los grandes pecadores pueden reencarnar en un animal o una planta.Posiblemente la creencia en la reencarnación comenzó al querer aplicar al ser humano el ciclo que observaban en la naturaleza: El sol y la luna aparecen y desaparecen. Igualmente las temporadas, el follaje, las flores y tantas otras cosas en la naturaleza tienen un ciclo. Así pensaron que el ser humano moría pero regresaba otra vez en otro cuerpo.
La reencarnación es también fruto del deseo humano de darle explicación a las diferencias de inteligencia, salud, talentos, fortuna, etc. que existen entre seres humanos. Según la doctrina de la reencarnación estas diferencias serían culpa o mérito por el comportamiento en vidas anteriores. Por lo tanto se le culpa a los pobres, los enfermos y los desdichados por su condición desdichada y no se hace nada por ellos porque están pagando su culpa. El Evangelio, por el contrario nos revela que Dios se hizo hombre en pobreza En los pobres encontramos al mismo Cristo.
El hombre no debe inventarse "respuestas" para lo que no puede entender. "San Antonio el Grande, el célebre abad egipcio, meditaba en el desierto: ¿Por qué algunos mueren tras una vida corta mientras que otros llegan a una envidiable vejez? ¿Por qué algunos son pobres y otros ricos? ¿Por qué los injustos se enriquecen y los justos pasan necesidad? Entonces oyó una voz que le respondía: "Antonio, Antonio, ocúpate de ti mismo, pues eso pertenece al juicio de Dios y a ti nada te aprovecha saberlo". (Testimonios y Enseñanzas de los Padres del Desierto, C. Tescaroli). Publicado en la revista: Tierra Santa. Mayo-Junio 2002. Jerusalén. Número 756.
La reencarnación está vinculada al concepto del "Karma", según el cual cada uno paga por su buen o mal comportamiento en sus próximas reencarnaciones. El alma de quien tenga un buen karma "transmigrará" encarnándose en un ser superior, quién tenga un mal karma encarnará como un ser inferior, ya sea, por ejemplo una vaca o una cucaracha. En las sucesivas reencarnaciones el alma podría evolucionar hacia la perfección hasta convertirse en espíritu puro que no necesita más reencarnaciones. Entonces se sumerge para siempre en la eternidad.
Los proponentes de la reencarnación creen que el alma es eterna pero no la persona. El alma habita en un cuerpo y cuando este se gasta se consigue otro. El alma no es individual sino que forma parte de "Dios" o "Brama". El objetivo en los ciclos de reencarnaciones es pagar culpas de vidas anteriores y purificar el alma del mal hasta llegar a la "iluminación", lo cual le hace posible quedar absorta en el "Todo", el "alma mundial". Conocerse como parte de ese "Todo" es señal de iluminación.
¿Donde se origina?
La creencia en la reencarnación comienza en la India en el siglo VII a.C. Eso significa que no es tan antigua como la fe de los judíos o de los sumerios, egipcios, persas y chinos. Ninguno de estos creía en la reencarnación y por eso edificaron magníficas tumbas.El Budismo apareció en la India, en el siglo V a.C. y adoptó la creencia en la reencarnación. Mas tarde pasó a Grecia y Roma. Algunas religiones también adoptaron esta explicación humana a los problemas que no podían entender. Tuvo adeptos entre algunos filósofos griegos. En nuestros tiempos se encuentra entre las enseñanzas de las sociedades teosóficas, los gurus indios, los psíquicos y el movimiento de la nueva era por el cual se han importado muchas creencias orientales.
El Antiguo Testamento desconoce la reencarnación
Algunos mal interpretan la Biblia y dicen que esta apoya la reencarnación.
La religión judía por mucho tiempo no tubo una clara doctrina sobre lo que ocurre después de la muerte pero ciertamente no enseñaba la reencarnación ya esa creencia surge mucho mas tarde y es incompatible con la revelación que los judíos habían recibido de Dios.
El Salmo 39, 14: “Señor, no me mires con enojo, para que pueda alegrarme, antes de que me vaya y ya no exista más” (v.14).
Job le dice a Dios: “Apártate de mí. Así podré sonreír un poco, antes de que me vaya para no volver, a la región de las tinieblas y de las sombras” (Job 10,21-22).
Sabiduría16,14: “El hombre, en su maldad, puede quitar la vida, es cierto; pero no puede hacer volver al espíritu que se fue, ni liberar el alma arrebatada por la muerte’’
2 Samuel 14,14. “Todos tenemos que morir, y seremos como agua derramada que ya no puede recogerse”
2 Samuel 12,22-23. “Mientras el niño vivía, yo ayunaba y lloraba. Pero ahora que está muerto ¿para qué voy a ayunar? ¿Acaso podré hacerlo volver? Yo iré hacia él, pero él no volverá hacia mí”
Aproximadamente 200 años a. C. se introdujo en el judaísmo la fe en la resurrección, doctrina incompatible con la reencarnación.
La doctrina de la resurrección enseña que después de la muerte la persona vive pero no en la tierra sino con Dios en la eternidad. Aparece por primera vez en Daniel 12,2: “La multitud de los que duermen en la tumba se despertarán, unos para la vida eterna, y otros para la vergüenza y el horror eterno”
Aparece por segunda vez en 2 Mac 7,9. El rey Antíoco IV de Siria quiere obligar a siete hermanos fieles a la ley judía, por medio de tortura, a abandonar su fe. Al morir el segundo dijo al rey: “Tú nos privas de la vida presente, pero el Rey del mundo a nosotros nos resucitará a una vida eterna” . El séptimo al morir dijo: “Mis hermanos, después de haber soportado una corta pena, gozan ahora de la vida eterna” (2 Mac 7,36).
El Nuevo Testamento
La doctrina del N.T. es incompatible con la reencarnación. El N.T. Enseña que después de la muerte NO se regresa a otra vida en la tierra sino que pasamos enseguida al purgatorio que es un estado temporal pero no en esta tierra, o pasamos a nuestro destino definitivo que es el cielo o el infierno. Nuestro cuerpo volverá al polvo hasta el día de la resurrección cuando nuestro único cuerpo cobrará vida pero será glorificado.La parábola del rico Epulón (Lc 16,19.31): Lázaro después de la muerte va inmediatamente al cielo. El rico muere y va inmediatamente al infierno. El versículo 25 revela que el rico pagará por su mala conducta, no reencarnándose, sino en el infierno para siempre, del cual no puede pasar al otro lado ni volver a la tierra.
El buen ladrón desde la cruz pidió a Jesús: “acuérdate de mí cuando vayas a tu reino”. Jesús le responde: “Te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso” (Lc 23,43). El buen ladrón no regresó a la tierra para pagar su "karma" por ser ladrón. Fué directo al cielo "hoy mismo" por el perdón recibido de Jesús.
Filipenses 1,23-24: “Me siento apremiado por los dos lados. Por una parte, quisiera morir para estar ya con Cristo. Pero por otra, es más necesario para ustedes que yo me quede aún en este mundo” Obviamente Pablo sabía que al morir no regresaría con otra vida al mundo sino que estaría definitivamente "con Cristo".
1 Cor 15,42.44. “En la resurrección de los muertos, se entierra un cuerpo corruptible y resucita uno incorruptible, se entierra un cuerpo humillado y resucita uno glorioso, se entierra un cuerpo débil y resucita uno fuerte, se entierra un cuerpo material y resucita uno espiritual"
Hebreos 9,27 sintetiza la enseñanza de las Escrituras al respecto:
"está establecido que los hombres mueran una sola vez, y luego el juicio"
Uno de los pasajes bíblicos en que pretenden encontrar la reencarnación es Mateo 11,14: "Y, si queréis admitirlo, él (Juan Bautista) es Elías, el que iba a venir." Jesús habla aquí de que el espíritu profético de Elías (no su cuerpo ni su alma) continúa en San Juan Bautista. Que se refiere al espíritu profético y no al cuerpo físico de Elías se deduce de Lucas 1,17 "e irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y a los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto."
Además, el mismo San Juan Bautista negó explícitamente ser Elías:
"Y le preguntaron: «¿Qué, pues? ¿Eres tú Elías?» El dijo: «No lo soy.» - «¿Eres tú el profeta?» Respondió: «No.»" -Jn 1,21
Para entender el sentido bíblico pongo un ejemplo: Si nosotros decimos de una niña: "tiene los ojos de su madre", todos entienden que no se trata de un transplante de ojos. No se trata de la reencarnación de los ojos de la madre en la niña. Solo estamos diciendo que los ojos de madre e hija se parecen mucho.
Diferencias principales entre la doctrina cristiana y la reencarnación
Hay diferencias fundamentales entre la revelación cristiana y la reencarnación.- La Resurrección. La fe cristiana se fundamenta en la resurrección de Jesucristo. Nuestros cuerpos no serán ni reciclados ni aniquilados. El alma no pierde su identidad absorbiéndose en el cosmos. El destino final del hombre es la resurrección para el gozo de la vida con Dios para siempre en el cielo o la pena eterna de la separación de Dios en el infierno.
La resurrección es muy superior a la reencarnación. Es cierto que algunas religiones narran sobre dioses que mueren y resucitan pero solo el cristianismo habla de un cuerpo gloriosamente resucitado y del poder para compartir esta nueva vida con otros. Los judíos no esperaban un Mesías que muriera y resucitara. Algunos tenían la esperanza de resucitar, pero no con cuerpos gloriosos sino en una resurrección análoga a la de Lázaro (Cf. Is. 26:19; Ez. 37:10; Dn 12:2).
Algunas filosofías y religiones han creído en la reencarnación o en la inmortalidad del alma apartada del cuerpo. Pero la fe en la resurrección solo se encuentra entre los cristianos. - La naturaleza de Dios. El Dios de la revelación judeo-cristiana es personal, mientras que en la reencarnación se le percibe como algo impersonal, el Todo Cósmico de las religiones orientales.
- El amor. Un Dios impersonal no ama, no es Padre, entonces los hombres no somos hermanos. Según los proponentes de la reencarnación los pobres son culpables de su miseria por males que hicieron en otras vidas. Como están pagando el karma, no se les debe ayudar. Son una casta baja. Jesucristo no solo nos enseña el amor a los pobres sino que el mismo se hizo pobre para darnos ejemplo.
- La victoria sobre el mal. El mal no es vencido por cada individuo expiando sus pecados por medio de transmigraciones a otras formas de vida. Los cristianos creemos que Jesucristo pagó por nuestros pecados en la cruz y solo en el tenemos salvación. Nosotros cooperamos con nuestros sacrificios pero la salvación es un don.
- La iluminación. Lo que constituye "iluminación" para los cristianos es muy diferente al concepto reencarnacionista: Esta se consigue al conocer a Jesucristo, el Camino, la Verdad y la Vida, y recibiendo el Espíritu Santo, Espíritu de la Verdad enviado por el Padre y Jesucristo.
- El Tiempo. El concepto judeo-cristiano del tiempo y de la relación de Dios con el tiempo es totalmente diferente. El tiempo para el cristiano no es un ciclo sin fin. Es linear, teniendo un principio y un fin. Dios es el creador y Señor del tiempo. Jesús es el "Alfa y Omega", principio y fin del tiempo. El hombre tiene un propósito que cumplir en el tiempo que tiene, según la voluntad de Dios. El Génesis nos habla del principio del tiempo. El Apocalipsis, del fin del tiempo: la segunda venida del Señor. Después ya no habrá tiempo sino la eternidad, vivida en el cielo o en el infierno.
- La Eternidad. Los cristianos no creemos que los hombres sean diluidos en el cosmos impersonal. Todo lo bueno se unirá en Cristo y será presentado al Padre "Que Dios sea todo en todos" (I Cor 15:28) pero nuestra individualidad, nuestra persona no se perderá jamás. Podríamos imaginarnos a los santos en el cielo como un precioso campo de flores. Al mismo tiempo cada flor es individual y preciosa en si misma. Los redimidos por Cristo encontrarán su identidad plenamente en el cielo. Serán sanados y elevados a la plenitud de su ser. Los santos están unidos por el amor y al mismo tiempo cada uno es precioso.
El evangelio del amor y del perdón sobrepasa en grande la enseñanza cruel de la reencarnación con sus ciclos y karmas. Dios tanto amó al mundo que envió a Su único Hijo para que el que crea en El tenga vida eterna.
Fuente- Alan Schreck en inglés, artículo en New Covenant, V-1990
Las sectas. Destructivas.
Como bien lo dice nuestra dirección esto es fe ecuménica, un desarrollo crítico sobre el cristianismo. Por ello hay que tener cuidado con quienes usan el término "cristiano" deliberadamente.
Me refiero a las sectas, aquellos que diciendo utilizar como mediador o intercesor a Cristo y se distan bastante de aquello que Él enseñó.
Estas sectas producen alteraciones psicopatológicas como consecuencia del sometimiento a las 'Técnicas de Persuasión Coercitiva' por un término prolongado de tiempo. Existe evidencia empírica que demuestra el efecto que produce la aplicación de las técnicas de persuasión coercitiva en la conducta de los individuos. Las técnicas de persuasión coercitiva que utiliza el líder sectario cumplen la finalidad de sugestionarlos y "controlarlos mentalmente". El líder utiliza técnicas persuasivas, de condicionamiento clásico, asociando ideas, creencias y analogías, unas ciertas con otras irreales para llevarles a concluir falsas creencias; reforzadas por la inducción intencional de miedos y 'delirios'. Por medio de creencias fantásticas el líder induce en sus adeptos su objetivo: ‘reacciones específicas según su conveniencia’; o sea, que produce en ellos una visión del mundo completamente alterada y fabricada. Los adeptos defenderán sus creencias e interpretación de la realidad como únicas y absolutas; descartando totalmente cualquier argumento o posibilidad contraria a la de elllos. No comprenderán argumentos e inclusive rechazan cualquier prueba existente en sentido contrario; puesto que hacerlo resulta ser para ellos doloroso; les hace sentir inseguros y culpables.
Las sectas más peligrosas, las destructivas de la personalidad, mantienen a sus adeptos sumergidos constantemente en una batalla mental interna en contra de la razón. Para modificar la conducta de los adeptos, el líder utiliza la 'desensibilización sistemática' hacia el dolor, el sacrificio, pudor y moral, asociando tales estímulos con actividades altamente emotivas, euforia ante la victoria y éxito de la secta en sus encomiendas y/o con ambientes místicos, música sacra, velas y penumbra, oraciones, representaciones de sabiduría y/o divinidad. Igualmente se vale también de la imaginación emotiva, valiéndose de historias, moralejas manipuladas y meditaciones para inducir creencias y sentimientos, anécdotas de conversiones, milagros y contactos con espíritus o divinidades. Otra técnica persuasiva de la cual se vale es la del aprendizaje por imitación. Técnicas coercitivas son las que persiguen la modificación de conducta de los adeptos por medio de diversos métodos tales como el castigo, la enajenación, actividades y ejercicios obligatorios, terror, miedo y vivencias irreales de enfrentamientos ante el mundo enemigo que induzcan desconfianza y/o desprecio, hipnosis y meditaciones para inducir trances extáticos (percepción alterada y disminuye la sensibilidad y movilidad corporal; disociación mental con las sensaciones corporales; éxtasis) o alucinatorios e induciendo intencionales sentimientos de culpa.
Existe una vía diagnóstica reconocida donde se han especificado una serie de trastornos de personalidad que desarrollan las personas que pasan por una experiencia “sectaria”.
Las personas que desarrollan estos trastornos no son por lo general personas con patologías previo a su incorporación al grupo sectario. La Asociación Americana de Psiquiatría reconoce los trastornos de personalidad que suelen desarrollar las personas que han estado expuestas a las técnicas de persuasión coercitiva por un período prolongado de tiempo. Los trastornos que se desarrollan como consecuencia de la estancia y pertenencia a estos grupos totalitarios o sectas se han clasificado según el Síndrome de Adoctrinamiento Sectario (el cual incluye como otro de sus síntomas, la reacción psíquica que se manifiesta en rehenes atrapados bajo el control de un secuestrador y recibe el nombre de Síndrome de Estocolmo, acuñado por el criminólogo y psicólogo Nils Bejerot, colaborador de la policía durante un secuestro; la misma reacción se manifiesta en adeptos sometidos bajo intimidación y atrapados mentalmente, bajo el control de un líder sectario) y el Síndrome Post-Sectario.
Estos síndromes incluyen una serie de Trastornos de Personalidad que están reconocidos y clasificados dentro del (Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría). Trastornos a los que hacemos referencia dentro de esta página son los siguientes: Psicosis Reactiva Esquizoafectiva, Trastornos Disociativos, Trastornos Adaptativos, Trastorno Psicótico Compartido, Trastorno de la Personalidad por Dependencia, Trastornos de Ansiedad, Trastorno por Estrés Postraumático, Trastorno Post-Grupo, Trastornos del Estado de Animo (Depresivo Mayor Unico y Depresivo Mayor Recidivante) y las Reacciones Misceláneas.
Los síntomas que desarrollan los adeptos durante su estancia en las sectas dan lugar a lo que se ha definido como el "Síndrome de Adoctrinamiento Sectario". Se observa, sobre todo una radical transformación de la personalidad acompañada por una serie de síntomas y caracterizada, en buena medida, por una disociación entre la personalidad previa y la implantada por el grupo.
Las siguientes cualidades son las más observadas en los casos que padecen el síndrome:
La ciencia ha demostrado que estos cambios son el resultado también de la alteración que ocasiona la exposición al estrés y a la ansiedad constante sobre el funcionamiento neurofisiológico del cuerpo.
No informar a nuestros ciudadanos sobre el peligro que representan estos grupos para su estabilidad emocional y psicológica provoca su exposición al peligro y a la desprotección, abandonándolos a posibles consecuencias fatales. Los peligros pueden llegar a extremos tales como la paranoia, la mutilación y finalmente el suicidio.
Me refiero a las sectas, aquellos que diciendo utilizar como mediador o intercesor a Cristo y se distan bastante de aquello que Él enseñó.
Estas sectas producen alteraciones psicopatológicas como consecuencia del sometimiento a las 'Técnicas de Persuasión Coercitiva' por un término prolongado de tiempo. Existe evidencia empírica que demuestra el efecto que produce la aplicación de las técnicas de persuasión coercitiva en la conducta de los individuos. Las técnicas de persuasión coercitiva que utiliza el líder sectario cumplen la finalidad de sugestionarlos y "controlarlos mentalmente". El líder utiliza técnicas persuasivas, de condicionamiento clásico, asociando ideas, creencias y analogías, unas ciertas con otras irreales para llevarles a concluir falsas creencias; reforzadas por la inducción intencional de miedos y 'delirios'. Por medio de creencias fantásticas el líder induce en sus adeptos su objetivo: ‘reacciones específicas según su conveniencia’; o sea, que produce en ellos una visión del mundo completamente alterada y fabricada. Los adeptos defenderán sus creencias e interpretación de la realidad como únicas y absolutas; descartando totalmente cualquier argumento o posibilidad contraria a la de elllos. No comprenderán argumentos e inclusive rechazan cualquier prueba existente en sentido contrario; puesto que hacerlo resulta ser para ellos doloroso; les hace sentir inseguros y culpables.
Las sectas más peligrosas, las destructivas de la personalidad, mantienen a sus adeptos sumergidos constantemente en una batalla mental interna en contra de la razón. Para modificar la conducta de los adeptos, el líder utiliza la 'desensibilización sistemática' hacia el dolor, el sacrificio, pudor y moral, asociando tales estímulos con actividades altamente emotivas, euforia ante la victoria y éxito de la secta en sus encomiendas y/o con ambientes místicos, música sacra, velas y penumbra, oraciones, representaciones de sabiduría y/o divinidad. Igualmente se vale también de la imaginación emotiva, valiéndose de historias, moralejas manipuladas y meditaciones para inducir creencias y sentimientos, anécdotas de conversiones, milagros y contactos con espíritus o divinidades. Otra técnica persuasiva de la cual se vale es la del aprendizaje por imitación. Técnicas coercitivas son las que persiguen la modificación de conducta de los adeptos por medio de diversos métodos tales como el castigo, la enajenación, actividades y ejercicios obligatorios, terror, miedo y vivencias irreales de enfrentamientos ante el mundo enemigo que induzcan desconfianza y/o desprecio, hipnosis y meditaciones para inducir trances extáticos (percepción alterada y disminuye la sensibilidad y movilidad corporal; disociación mental con las sensaciones corporales; éxtasis) o alucinatorios e induciendo intencionales sentimientos de culpa.
Existe una vía diagnóstica reconocida donde se han especificado una serie de trastornos de personalidad que desarrollan las personas que pasan por una experiencia “sectaria”.
Las personas que desarrollan estos trastornos no son por lo general personas con patologías previo a su incorporación al grupo sectario. La Asociación Americana de Psiquiatría reconoce los trastornos de personalidad que suelen desarrollar las personas que han estado expuestas a las técnicas de persuasión coercitiva por un período prolongado de tiempo. Los trastornos que se desarrollan como consecuencia de la estancia y pertenencia a estos grupos totalitarios o sectas se han clasificado según el Síndrome de Adoctrinamiento Sectario (el cual incluye como otro de sus síntomas, la reacción psíquica que se manifiesta en rehenes atrapados bajo el control de un secuestrador y recibe el nombre de Síndrome de Estocolmo, acuñado por el criminólogo y psicólogo Nils Bejerot, colaborador de la policía durante un secuestro; la misma reacción se manifiesta en adeptos sometidos bajo intimidación y atrapados mentalmente, bajo el control de un líder sectario) y el Síndrome Post-Sectario.
Estos síndromes incluyen una serie de Trastornos de Personalidad que están reconocidos y clasificados dentro del (Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría). Trastornos a los que hacemos referencia dentro de esta página son los siguientes: Psicosis Reactiva Esquizoafectiva, Trastornos Disociativos, Trastornos Adaptativos, Trastorno Psicótico Compartido, Trastorno de la Personalidad por Dependencia, Trastornos de Ansiedad, Trastorno por Estrés Postraumático, Trastorno Post-Grupo, Trastornos del Estado de Animo (Depresivo Mayor Unico y Depresivo Mayor Recidivante) y las Reacciones Misceláneas.
SINDROME DE ADOCTRINAMIENTO SECTARIO
Los síntomas que desarrollan los adeptos durante su estancia en las sectas dan lugar a lo que se ha definido como el "Síndrome de Adoctrinamiento Sectario". Se observa, sobre todo una radical transformación de la personalidad acompañada por una serie de síntomas y caracterizada, en buena medida, por una disociación entre la personalidad previa y la implantada por el grupo.
Las siguientes cualidades son las más observadas en los casos que padecen el síndrome:
- Presencia de “estados alterados de conciencia” (las operaciones del ‘Proceso de Internalización Cognitiva’ quedan alteradas, afectando la percepción acerca de lo que es bueno y malo para uno mismo y para los demás) manifestado a través de:
- Un repentino y drástico cambio o alteración en sus sistemas de valores, incluyendo el abandono de sus metas académicas, sociales o laborales anteriores. Lo que es bueno y malo para su futuro dentro de la sociedad cambia, puesto que la realidad del mundo cambia y pierde interés en lo que la sociedad le ofrece.
- Ataque a la evaluación del propio ‘yo’, desestabilizando los aspectos más centrales de la persona.
- Deterioro de la conciencia de sí mismos; el concepto sobre lo que es bueno y nocivo para sí mismo cambia totalmente.
- Cambio en la personalidad de los adeptos, con fuertes sentimientos de culpa. Desarrollan gran sentido de culpa, porque únicamente su líder entiende y conoce los pensamientos e intenciones propias; pero constantemente le acusa, con el propósito de intensificar necesidades de superación dentro de la secta, en sus adeptos. La conciencia social básica queda en el adepto minada. Su percepción de la realidad queda completamente alterada. Desarrollan una visión paranoica del mundo exterior y una desconfianza hacia sí mismos y hacia todos los que nopertenezcan a la secta.
Se debe a que están convencidos de que únicamente su líder puede entender y conocer los pensamientos e intenciones del mundo exterior.
- El control de las emociones queda en el adepto alterado. Como resultado de la técnica de persuasión coercitiva, que consiste en ‘Negar el Yo’ (Destruir su ego. Es un ejercicio comúnmente enseñado por los líderes sectarios y no se debe confundir con el ‘Mecanismo de Defensa’ llamado ‘Negación’, que utiliza la persona para negar la existencia de un conflicto; rechaza o ignora su realidad al sentirse incapacitado para resolverlo. Es similar al Mecanismo de Defensa, pero la práctica consiste en concientemente negarse satisfacer alguna necesidad.) Desarrollan conflictos emocionales al tratar de reprimir concientemente sus emociones y sentimientos.
El sufrimiento se agudiza en ellos, cuando al aceptar humillaciones de su líder o al aceptarle tareas indignantes, voluntariamente se desarman de sus mecanismos de protección, respeto y consideración hacia sus sentimientos y emociones, creyendo que tales necesidades son producto de su egoísmo y tienen que sacrificarlo. El líder sectario les acusa y convence acerca de su profundo egoísmo y por ello tienen que vencerlo.
- Los ‘Mecanismos de Defensa’ según el psicoanálisis, quedan alterados. Es lo que realmente ocurre con los adeptos. Los utilizamos normalmente, pero como resultado de la 'autorregulación interna' o del ‘Proceso de Equilibración del constructivismo de Jean Piaget’ y en el caso de los adeptos, cuando se enfrentan a un ‘conflicto cognitivo’ o a una disociación, los ‘Mecanismos de Defensa’ ayudan a encontrarle relación y lógica a lo inaceptable. Son reacciones que le permiten al adepto funcionar con normalidad, sin razonar a profundidad, ignorando aquella 'corazonada' o pensamiento subconsciente que le dice que algo realmente está mal. El Mecanismo de Defensa más utilizado por los adeptos es el de la ‘Negación’ y el peligro mayor de esta práctica no es el engaño, sino el grave daño emocional que se ocasionan. Por medio de la autosugestión aprenden a engañarse, ignorando y mostrando aparente indiferencia hacia cualquier dolor emocional.
En algunas sectas el líder hace creer a los adeptos que 'tan solo seres muy superiores e iluminados pueden desasociarse totalmente de sus sentimientos, porque su espíritu tiene la capacidad de poder desprenderse del cuerpo y de la persona'. Esas sectas son las más peligrosas, el estado alterado de conciencia tiene la capacidad de suscitar el desarrollo del “Trastorno de Identidad Disociativo”, anteriormente conocido con el nombre de ‘Trastorno de la Personalidad Múltiple’ (El adepto se autosugestiona para en determinados momentos ignorar su propia identidad).
- Falsa mejora de autoestima y seguridad; internamente esconde fuertes sensaciones de angustia. El verdadero sentir personal es suprimido. Se da cuando el adepto responde a las exigencias de mostrarse complacido, alegre y entusiasta todo el tiempo (Groenveld, 1999). Por medio de inducción de ideas y pensamientos, a través de técnicas sugestivas, el líder les enseña a autosugestionarse, convenciéndose de que son más felices y de que dentro de la secta todos se aman, a pesar de experimentar frecuentes rechazos, humillaciones y desprecios.
El líder les hace creer que el camino que les traza, a través de sus enseñanzas, les transforma en seres superiores en lo intelectual, lo espiritual, emocional y con capacidad de percepción superior al promedio.
- Disminución de la flexibilidad mental. Intransigente, cerrado de mente, incapaz de aceptar otros puntos de vista. Degradación de la inteligencia emocional. Como consecuencia del estado alterado de conciencia se da una disminución en la calidad de las relaciones familiares y extra-grupales. Ocurre una especie de retardo en su inteligencia racional, social y emocional. Infantilización. Inducción a la dependencia y sensaciones de incertidumbre y duda; falta de autoconfianza.
El líder sectario desarrolla en el adepto dependencia extrema hacia él; logra hacerles sentir inseguros de su criterio propio, tras aplicar técnicas coercitivas como el castigo, los gritos, humillaciones e insultos cada vez que toman decisiones o ejercen su criterio propio para resolver cualquier conflicto, sin previamente consultarle el curso de acción que debe seguir. Cambia la personalidad del adepto con marcadas manifestaciones de miedo, ocasionado por las técnicas coercitivas utilizadas por el líder sectario; especialmente manifestaciones de terror y miedo a la maldición de un castigo. Los aterrorizan con desgracias, catástrofes, maldiciones al traidor, fuertes castigos y humillaciones a quien no cumpla, dude de la sobrenaturalidad, la divinidad, decisiones y buenas intenciones líder y a quien no se adapte a las demandas del grupo.
- Surge una personalidad dividida (separación entre la personalidad “sectaria” y la histórica). La persona abandona sus costumbres pasadas; el líder se vale del cambio, para demostrar que el resultado positivo de la conversión observada evidencia la efectividad de su enseñanza.
- Cambios físicos, incluyendo pérdida de peso, ocasionado por las dietas extremas o los frecuentes ayunos prolongados. El propósito del líder es poderle demostrar al adepto un cambio visual que exponga claramente un cambio positivo como prueba de fe, en combinación con la eliminación de algún vicio y costumbre que demuestre su mejora personal. Deterioro en la apariencia física, debido a que pierde interés en el mundo social. El líder inculca en el adepto la creencia de que todo lo perteneciente al mundo social está mal, porque son impuros, están contaminados y hay que buscar la manera de reclutarles para salvarlos. Pérdida de expresión facial natural, de mirada perdida o vacía, mirada evasiva, jovialidad ficticia. (Liberman,1994)
- El foco de atención cambia, debido a que constantemente deben repetir mentalmente sus oraciones, postulados y/o creencias. Se sienten seguros dentro de su mundo enajenado de la realidad exterior. Desconfían del mundo exterior, descartando e ignorando lo que no puedan explicar bajo sus creencias. Cambios en sus respuestas emocionales, suelen ser bruscas. Las respuestas del adepto responden a la idea imaginaria que el líder les ha forjado sobre el mundo exterior. No responden a los estímulos ambientales y sociales, según su criterio propio, más bien responden mecánicamente; ya que dirán y harán lo que les sea indicado, ante específicas circunstancias.
La ciencia ha demostrado que estos cambios son el resultado también de la alteración que ocasiona la exposición al estrés y a la ansiedad constante sobre el funcionamiento neurofisiológico del cuerpo.
No informar a nuestros ciudadanos sobre el peligro que representan estos grupos para su estabilidad emocional y psicológica provoca su exposición al peligro y a la desprotección, abandonándolos a posibles consecuencias fatales. Los peligros pueden llegar a extremos tales como la paranoia, la mutilación y finalmente el suicidio.
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